domingo, 19 de febrero de 2012

¿Porque es mala la megaminería?

En los últimos tiempos a lo largo de toda la Argentina se oye hablar del conflicto de Catamarca en contra de la megaminería.
Pero todos aquellos que hablan y se interesan, ¿saben realmente cuál es el problema con esta empresa?


Primeramente, la megaminería a diferencia de la minería tradicional lo que hace es explotar un paisaje, generalmente cerros y montañas (por eso la mayoría de estos casos se encuentran, en la Argentina, a lo largo de la Cordillera de los Andes). Una vez que se explotó, y esto lo digo literalmente, donde hubo una montaña, ahora queda un agujero; lo que se hace es tratar todo el suelo con cianuro, ya que este se adhiere al oro y asi se lo separa de los demas minerales y rocas. Una vez que tenemos separado el oro lo tratamos con zinc, ya que este último se adhiere al cianuro y ahí ya tenemos el oro tan buscado!


Pero... ¿qué pasa con todo lo demas que quedó impregnado con cianuro? Las empresas a cargo de esto dicen que lo controlan; pero no... Lo que realmente hacen es formar un "Dique de colas", que es lo que todos nosotros conocemos como dique pero con la diferencia de que dentro esta el cianuro, en otras palabras, veneno.


Seamos claros, mientras el cianuro quede ahí no pasará nada pero.. estas empresas se hacen en la Cordillera, zona geograficamente llena de volcanes y terremotos. Es decir, hay un terremoto y el "dique" se rompe con el consecuente escape del cianuro. Segundo, se encuentra a 4000 mts de altura, es decir que cuando el cianuro "escape" irá hacia abajo, hacia los ríos contaminandolos y hacia los pueblo trayendo infinitas enfermedades. Además esta empresa no dura muchos años, simplemente hasta que se pueda sacar todo el oro, es decir no mas de 20. Así que la multinacional que allí esta explotando luego de 20 años se va a ir y el problema del dique de colas quedara a manos del pueblo.


Entiendo que de alguna manera, la gente tiene que salir adelante... pero, ¿porqué hipotecarnos el futuro?


Male

Nota de La Nación, no necesariamente sobre eco justicia pero se relaciona

Patrimonio en riesgo
Presupuesto y recursos humanos insuficientes, deterioro, sobreexplotación turística, vandalismo: un informe reciente de la Auditoría General de la Nación alertó sobre serias fallas en el manejo de ocho sitios emblemáticos de la Argentina que forman parte del Patrimonio Mundial, como la Quebrada de Humahuaca, el Parque Nacional Iguazú, los glaciares y la Cueva de las Manos. Qué opinan los expertos y por qué el tema no llega a la agenda política.

El parque natural Talampaya y sus cerros esculpidos a capricho del viento; siglos de historia condensados en la Cueva de las Manos; el singular espectáculo del avistaje de ballenas en península Valdés... ¿podría pensarse a la Argentina sin ellos?
Postales emblemáticas que nos colocaron en la vidriera del mundo, algunos puntos de la geografía argentina han logrado, incluso, el máximo galardón de la Unesco, que elevó a ocho de ellos a la categoría de "sitios de patrimonio mundial". Pero ni la excelente reputación internacional ni la buena rentabilidad que suponen parecen haber despertado en el ámbito oficial algo más que indiferencia.
La mayoría de los sitios argentinos declarados Patrimonio Mundial por la Unesco tienen problemas de conservación que podrían afectar su valor excepcional. Así concluye un informe reciente de la Auditoría General de la Nación (AGN), que evaluó la gestión de la Comisión Argentina de Patrimonio Mundial, un organismo interministerial creado, justamente, para evitar que eso sucediera en el Parque Nacional Los Glaciares, las Misiones Jesuíticas Guaraníes, el Parque Nacional Iguazú, la Cueva de las Manos-Río de Pinturas, península Valdés, la Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba, los parques naturales Ischigualasto y Talampaya y en la Quebrada de Humahuaca.
Deficiente infraestructura para recibir a los turistas o inadecuado manejo de los residuos sólidos urbanos en la Quebrada de Humahuaca; escaso personal para control y conservación en los parques naturales Ischigualasto-Talampaya; problemas de vandalismo y falta de conciencia en las poblaciones locales en el caso de las misiones jesuíticas guaraníes, y la lista sigue.
El diagnóstico enciende una luz roja. Y no se trata del único trabajo que, en los últimos tiempos, llamó la atención sobre el desmanejo de nuestro patrimonio mundial. La organización internacional World Monuments Fund dedicada desde hace décadas a la protección de sitios en riesgo- coloca tres bolillas negrasen su más reciente informe. Una de ellas por el Pucará de Tilcara, un sitio arqueológico emplazado dentro de la Quebrada de Humahuaca que hoy enfrenta todo tipo de amenazas: desde la erosión del suelo hasta la descontrolada afluencia de turistas. Los otros dos sitios en riesgo según el WMF son la Casa del Puente, en Mar del Plata, obra del arquitecto Amancio Williams, y el casco fundacional de la ciudad de La Plata.
Pero volvamos al informe de la AGN. Tras el relevamiento de la gestión del Comité Argentino para el Patrimonio Mundial (CAPM), realizada entre 2005 y 2010, el equipo auditor concluyó lapidariamente que el organismo carece de organización, recursos y presupuesto.
"Si bien está integrado por representantes de las áreas de la Administración Nacional vinculadas a patrimonio natural y cultural, el CAPM no se reúne con la periodicidad mínima ni emite dictámenes acerca de problemas de conservación, ni funciona como un organismo nacional de formación y de referencia en la materia", continúa el informe, que finaliza recomendando la implementación efectiva de planes de gestión que armonicen conservación y desarrollo local, y que contemplen mayor asignación de recursos así como una mayor articulación entre los administradores locales de los sitios y el CAPM.
El arquitecto Alfredo Conti es vicepresidente del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), uno de los tres órganos consultivos que asesoran a la Unesco al momento de decidir cuáles sitios ameritan integrar la lista de Patrimonio Mundial y cuáles no. A su criterio, en los organismos encargados de proteger el patrimonio nacional es frecuente que haya falta de coordinación. "Las comunidades locales no siempre están implicadas en el manejo de los sitios. Además, los organismos cuentan con personal idóneo, pero no siempre hay presupuestos adecuados. Por lo general, la comunicación no es óptima", analiza Conti, también presidente de Icomos Argentina.
Su colega Fabio Grementieri, especialista en patrimonio arquitectónico, coincide con estas apreciaciones. "La mala coordinación y la falta de diálogo nos hablan de la falta de interés de la clase política", señala. Y agrega: "En materia de gestión cultural, tenemos organismos que se superponen en sus funciones, como es el caso de la Comisión Nacional de Monumentos y la Dirección Nacional de Arquitectura, cuando, en realidad, lo que necesitamos son verdaderas políticas de Estado. El patrimonio cultural es un recurso no renovable".
Pero las culpas no recaen únicamente sobre la clase política. También hay una sociedad que desconoce su propia riqueza y no exige su cuidado. "La sociedad argentina ignora, niega, no se muestra interesada por la conservación y los políticos lo saben, por eso no se mueven en ese sentido. Cuando la sociedad presione, se ocuparán. Porque detrás vienen los votos", reconoce una fuente del sector, que prefirió permanecer en el anonimato.
Una vez que un sitio pasa a integrar la lista de Patrimonio Mundial se transforma, también, en un destino turístico más difundido a nivel global. "Lo que se busca es lograr que ese bien se conozca y, a la vez, que se lo preserve de cara al futuro. Pero siempre existe el riesgo de la sobreexplotación, de que un sitio pierda su esencia y se ?disneylandice'. Hay un mayor desgaste de ese bien que tiene que preverse al momento de su nombramiento", sostiene Grementieri.
La Convención de la Unesco estipula que cada sitio de Patrimonio Mundial posea un plan de gestión del lugar, que armonice esa mayor presión a la que será sometido y que tienda al equilibrio entre el desarrollo y la preservación. Lo que en la jerga se conoce como turismo sustentable (ver aparte).
En el caso de los sitios locales, la AGN consigna que hasta el año 2009 las Misiones Jesuíticas Guaraníes no contaban con un plan de manejo y que la Manzana y las Estancias Jesuíticas de Córdoba carecían de un plan de gestión integral. La Quebrada de Humahuaca, en tanto, tampoco poseía un Plan de Ordenamiento Territorial ni se había creado el Instituto de Gestión de la Quebrada, mientras que el plan de gestión del sitio como Patrimonio Mundial se había formalizado seis años después de su declaración como tal.
Pero la exigencia de un plan de gestión para cada sitio no es mera burocracia. Y la Quebrada de Humahuaca puede dar fe. En 2001 el sitio poseía 37 alojamientos para visitantes, mientras que en 2009 la oferta había aumentado a 126, y el número de turistas había aumentado más de quince veces entre mediados de los noventa y 2006, de acuerdo con datos de la secretaría de Turismo de Jujuy.
Pero, ¿qué pasa cuando un sitio se abre al mundo sin el ordenamiento adecuado? Lo primero es el riesgo que se corre de que el lugar se resienta: que surjan construcciones desordenadas que, en algunos casos, alteren el paisaje; que se produzcan problemas con el abastecimiento de agua y electricidad, que haya un manejo inadecuado de los residuos, etcétera.
La preocupación de un miembro de la AGN por el estado de la Quebrada de Humahuaca sirvió de iniciativa para que el organismo colocara el foco en la gestión de todos los sitios, según reconoce su presidente, Leandro Despouy: "En general, se nota un enorme descuido en la gestión de estos valores que trascienden nuestras fronteras. Lo que impulsa esta auditoría es que se prevea mayor presupuesto, que se contemplen las previsiones que plantea la propia Convención de la Unesco y que haya una articulación más fluida y responsable entre los diferentes actores involucrados", sintetiza. La Nacion solicitó en reiteradas oportunidades una entrevista con algún miembro del CAPM a través de la oficina de prensa del Ministerio de Educación, pero el requerimiento nunca fue respondido.


Fuente: Diario "La Nación". Edición Impresa 19/02/2012

viernes, 17 de febrero de 2012

Presentación

Hola, soy Malena Lozada Montanari. Tengo 18 años y hace unos meses tuve la alegría de poder asistir al 17 congreso mundial de la ONU sobre Cambio Climático.
Esta experiencia abrió mi mente y me hizo aspirar a más, me gustaría empezar ocupandome de los temas que afectan a mi país, Argentina y también a Latinoamérica.
Como somos países subdesarrollados muchas veces ni nosotros mismos nos enteramos de los desastres que pasan a nuestro alrededor.

Creo este blog con el objetivo de contactar a gente que también se preocupe por el medioambiente y quiera luchar por algo mejor. Y también para que cada uno me cuente su experiencia en el lugar que vive, si estamos todos comunicados es más fácil luchar por algo mejor.

Con esperanza,
Male

Cualquier cosa pueden escribirme a: maale.lozada@gmail.com